Con más fe que fútbol. Con más garra que merecimiento. Colombia acabó rompiendo a Senegal, que queda fuera de los octavos de final por la regla del fair play. Pese a estar empatada a cuatro puntos, Japón ha visto dos amarillas menos que la selección africana. La solidez y la valentía de los leones de Teranga quedaron sin premio.
Midió las fuerzas Colombia, que fue de menos a más. Arrollada por la presencia senegalesa en los primeros compases, la falta de intensidad y de ambición la suplió con paciencia y tesón. Esperó su momento y jugó con el empuje del resultado del Japón-Polonia y, con la brisa a favor, apostarlo todo a la cabeza de Yerry Mina, que perforó la red en un cabezazo de libro en la salida de un córner.