Las campañas de inmunización contra el coronavirus en Estados Unidos y Europa sufrieron hoy un revés luego de que autoridades de salud estadounidenses recomendaran suspender la administración de la vacuna de Johnson & Johnson (J&J) por «precaución» ante su posible relación con la formación de coágulos sanguíneos.
De los 6,8 millones de estadounidenses que ya recibieron la vacuna monodosis de J&J, solo seis experimentaron este tipo de coágulo raro y severo entre los 6 y 13 días posteriores a la inoculación, informó hoy la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) de Estados Unidos.
Los coágulos se produjeron en las venas que drenan la sangre del cerebro y se asociaron con un recuento bajo de plaquetas, que son células sanguíneas que ayudan a coagular la sangre y a detener hemorragias. Los seis casos correspondieron a mujeres de entre 18 y 48 años, dijo la FDA.
Estos incidentes parecen ser similares a los observados en Europa con el uso de la vacuna de AstraZeneca, y ambos compuestos coinciden en que utilizan la tecnología de un adenovirus como vector.
La FDA y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) estadounidenses emitieron un comunicado conjunto en el que recomendaron «una pausa en el uso de esta vacuna por precaución».
No obstante, según la FDA, «en este momento, estos eventos adversos parecen ser extremadamente raros».
En tanto, el Comité Asesor de Prácticas de Inmunización de los CDC se reunirá mañana para discutir los casos, y la FDA también inició una investigación.
Por su parte, J&J dijo a través de un comunicado que estaba al tanto de los informes de «eventos tromboembólicos», es decir formación de coágulos y su desprendimiento y avance por el circuito venoso, pero afirmó que «no se ha establecido una relación causal clara entre estos eventos raros» y su inyección.
Sin embargo, la compañía anunció que va a retrasar la entrega de dosis a Europa, el continente más golpeado por la pandemia, que superó el millón de muertes desde el inicio de la crisis sanitaria.
«Hemos tomado la decisión de retrasar proactivamente la entrega de nuestra vacuna en Europa», afirmó J&J en el comunicado y añadió que está revisando los casos con las autoridades sanitarias europeas, según informó la agencia de noticias AFP.
Hasta ahora, la preocupación por los coágulos de sangre inusuales se centraban en la vacuna de AstraZeneca, que aún no recibió autorización en Estados Unidos.
Las autoridades europeas que investigan los casos de AstraZeneca concluyeron que los coágulos parecen ser similares a una respuesta inmune anormal muy rara que a veces ataca a las personas tratadas con heparina, un anticoagulante, lo que lleva a un trastorno de coagulación temporal.
La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) destacó que los beneficios de recibir la vacuna superan los riesgos para la mayoría de las personas, pero varios países impusieron límites sobre quién puede recibir la vacuna.
El Reino Unido, por ejemplo, recomendó que se ofrecieran alternativas a las personas menores de 30 años.
La FDA indicó que el uso de heparina para esos casos al parecer asociados a la vacuna de J&J puede resultar peligroso.
Esto puede deberse a que este incidente se parece a una extraña reacción adversa a la misma heparina que consiste en la formación de anticuerpos en respuesta a la licuación de la sangre, que lleva a las plaquetas a formar coágulos.
Las vacunas J&J y AstraZeneca se fabrican con la misma tecnología.
Mientras las principales vacunas entrenan al cuerpo para reconocer la proteína de pico que recubre la superficie exterior del coronavirus, las de J&J y AstraZeneca usan un virus del resfriado, llamado adenovirus, para llevar el gen de la espiga al cuerpo.
Mientras J&J usa un adenovirus humano, AstraZeneca usa una versión de chimpancé.
Frente a esta pausa, Casa Blanca intentó llevar calma al asegurar que esta suspensión no va a tener un impacto al menos «significativo» en la campaña de inmunización, ya que la vacuna de J&J representa menos de un 5% del 45% de los inoculados totales en el país.
Con la distribución de las vacunas Pfizer y de Moderna, es probable que Estados Unidos sostenga el ritmo de su campaña de vacunación.
La situación, por el contrario, es problemática para Europa, que enfrenta una fuerte tercera ola de coronavirus en medio de una escasez de vacunas agravada por las dudas sobre la de AstraZeneca, que ha obligado a muchos de sus países a incumplir y redefinir sus objetivos de vacunación.
La vacuna de J&J es muy conveniente porque puede ser almacenada en refrigeradores comunes y sólo requiere una dosis, a diferencia de las de Pfizer y Moderna que necesitan dos para generar inmunidad y un sistema de ultracongelación.
El fármaco de J&J recibió la autorización de uso de emergencia de la FDA a fines de febrero, pero pese a sus facilidades, estuvo plagado de retrasos en la producción y errores de fabricación en la planta de Baltimore de un contratista.
Antes de esta pausa, J&J ya había sufrido problemas de distribución que provocaron la inutilización de 15 millones de dosis.