Si no fuera por la Pandemia…

Por Alfredo Cieres

Lo que no suma resta, dice la conocida frase de uso frecuente y de fácil aplicación – a entender de mucho que están dentro -a la gestión municipal, en 8 meses de un intento por hacer en medio de una coyuntura económica adversa sumada a la fulminante pandemia. El norte buscado lleva más el barco hacia las costas que al propio destino propuesto durante la campaña del Intendente Marcos Torres. Un Tribunal de Cuentas “en contra”, un Concejo Deliberante que dé a ratos parece parir un tercer bloque y un grupo de funcionario que presentados como “el equipo”, no saben de que lado está el arco.

La incorporación impensada del ex Concejal Pablo Ortiz, a la estructura municipal en la Secretaria de Servicios Públicos, fue para el grupo de los “marquista” como un flato contenido… produjo muchas molestias intestinas. Los dientes de los allegados al intendente Torres, no dejan de rechinar cada vez que se pronuncia el nombre de quien, durante la campaña, no dejó espacio libre para descalificar a las dos puntas del tablero (en ajedrez son las torres, pero aquí le podremos “los”) a como de lugar… el archivo resiste, aunque parece que la dignidad no. Ortiz y con un empujón, logró los escasos votos para tener entre sus manos el cogobierno que buscaba.

Metiendo un poco de terrorismo desde el Concejo, Ortiz logro cargos para su entorno en distintos espacios del municipio, azuzando al intendente con romper, quebrar o meter un interbloque y merced a un movimiento de Torres, (lejos del Jaque Mate) el edil termina al frente del COE Regional Nº8, que abandonó en medio del incendio para dedicarse a la noble tarea del “placero” del pueblo, al tiempo que con una simbólica pala, cada día cava un centímetro más la tumba del futuro político de quien hoy dirige la ciudad. Una sociedad que no solo los “marquistas” no entienden.

Sacar a Ortiz del Concejo, no alivió la situación del Bloque de la Mayoría, que aun cuenta -entre los problemáticos- a Pedro Spinetti, “el viejo” como le dicen en el Cuerpo y que cada dos por tres (6) aparece con alguna iniciativa que no es simpática para los propios, o que “les mete mucho ruido” a la hora de NO saber si efectivamente se contará con su voto en los proyectos que presente algún par.

A Spinetti ya no le queda margen y no quiere seguir levantando la mano en apoyo a iniciativas que son claramente observadas por una muuuuy tibia oposición; de hecho, el del veterano dirigente, es un voto decisorio, tanto para un lado como para el otro, aunque por ahora, la zona de confort político en la que se encuentra, lo tiene como un espectador de lujo. El tema es que para eso no lo votaron y en algún momento deberá definir si efectivamente sigue dentro del Bloque Oficialista o concreta un Interbloque, lo que rompería definitivamente las posibilidades de Torres en algunos puntos de su gestión.

¿Y si vuelve al Cuerpo Roberto Urreta? Una pregunta que muchos se hacen ante el rumor que emana día a día de su entorno, lo que le daría a Concejo, un poco de sabor, al menos en las discusiones y tratamiento de los temas, aunque a riesgo de sumarse o enrutarse detrás de Spinetti – que dupla -.

¿Y si vuelve Pablo Ortiz al Concejo? Claro que vuelve, pero un poco más adelante, “quizás un año antes de las elecciones ya que el Concejo Deliberante, es la caja de resonancia que te visibiliza” dicen algunos cercanos.

La pandemia hasta ahora le sirvió a muchos para hacer en medio sus propios negocios políticos, aprovechando las debilidades de otros, que definitivamente carecen de la capacidad y la experiencia necesaria para estar al frente de lo que fuere. Torres está a un “tris” de perder el manejo de la cosa, es la gobernabilidad lo que está en juego y con ello el futuro de quienes los votaron y no lo hicieron en una ciudad asediada por la incertidumbre.

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