Por Alfredo Cieres
Nada más indignante que el desprecio hacia el que necesita de la asistencia del Estado, para poder alimentarse. Es visceral la sensación que genera ver como un asqueroso gusano del tamaño de una lombriz de tierra, es retirado de un pollo, provisto por un proveedor del Programa Alimentario Córdoba, para que sea convertido en algunas de las recetas que prepararan las cocineras, con todos los agregados nutricionales provistos por los profesionales.
Pero otra vez el Paicor… ese programa que viene de casi los inicios de la vuelta a la democracia en esta provincia y que ahora, descentralizado (La Provincia de Córdoba, solo envía el dinero a los municipios y comunas para que estos se hagan cargo de administrar “eficientemente” la cosa) está en boca de todos no por lo necesario del mismo… realmente necesario para muchos chicos que en esta coyuntura tienen más necesidades alimentarias que culturales, que son el único alimento que reciben el día y que la escuela es junto a este programa el sustento de sí mismo. Pero realmente se alimentan hoy de manera correcta o adecuada los chicos que asiente al PAICOR?.
Se denuncia frecuentemente por medio de algunos pedidos de informe que hacen algunos concejales en algunas ciudades de esta provincia que los famosos Módulos Alimentarios, vienen “flojos de papeles”, que la harina de maíz (polenta) viene con gorgojos y que no es de la marca que el Proveedor factura al municipio; que el tomate en caja marca “el tomatito” no es el de primera marca estampado en la factura que algunos Municipios o Comunas le pagan al proveedor Regional del Paicor. Podemos mencionar también de la cantidad de veces que alguna directora de establecimiento educativo (quien debe controlar esos Módulos) menciona que dejan en la escuela Menos módulos de los facturados al proveedor o de directoras que se encargan de hacer alguna compra para esas cocinas del programa, en sitios que tienen duplicados los precios –inflado-.
De irregularidades observadas en la contratación de los proveedores del Paicor, llegan a la redacción en varios formatos… pero no hacen denuncias en la justicia. Te muestran fotos de cocinas con gusanos en la mesada, alimentos en mal estado, calidad de productos de almacén al nivel de la porquería, maestros que se llevan las viandas (tremendas viandas) a sus casas luego de clases (hay video y fotografías) funcionarios de municipios que “dibujan” las compras a los proveedores; proveedores que son fantasmas o son recientes en la actividad con un Monotributo dado de alta para rubros que ni si quiera están cerca de los alimentos, etc, etc… en realidad, el asqueroso gusano del que hablábamos en el comienzo de esta editorial, es una fresca cereza al lado de los verdaderos asquerosos, manipuladores y aprovechadores de esta situación y que lleva el nombre y apellido de los que incumpliendo con sus deberes como funcionarios (así se los hará notar la justicia a la hora señalada) incrementan sus patrimonios a partir del esfuerzo que hacemos todos para dar una mano, estar donde se necesita con nada más y nada menos que alimentos… los alimentos de los chicos que concurren a esos establecimientos.
No, claro que no hay que poner en todos en la misma bolsa; quédese tranquilo usted Intendente o Jefe Comunal que hace bien la cosas; hoy la Provincia de Córdoba tiene un problema con el Paicor… o lo tiene con quienes deben hacer el trabajo de controlar lo que se supone debía funcionar –y ahora descentralizado- bien. ¿No será momento de volver el programa a sus orígenes? ¿No será momento de investigar profundamente que está pasando y evitar otros asquerosos gusanos como el que vimos en todos los medios?.