En la Argentina más de 5 millones de personas ya estarían en la indigencia, es decir, no alcanzan a consumir las calorías diarias que su organismo necesita. Pasan hambre. Entre ellos habría 3 millones de chicos.
Los datos surgen de proyectar la última información oficial que difundió el INDEC con relevamientos realizados hasta el tercer trimestre del año.
Esos números empeoraron de la mano de la disparada de la canasta alimentaria en medio de la devaluación del 54% aplicada por el gobierno de Javier Milei tres días después de asumir.
La devaluación del 118% explicó en buena medida que el costo de vida haya subido 25,5% en diciembre.
Pero ya después de las PASO de agosto del año pasado se había producido una primera devaluación.
Eso provocó, según el INDEC, que en el tercer trimestre del año pasado la cantidad de personas indigentes subiera de 3,7 a 4,6 millones. Es decir, en un año aumentaron en 900 mil personas. Pasó del 8% al 9,9%.
Los datos del cuatro trimestre aún no fueron informados por el INDEC, pero teniendo en cuenta lo ocurrido con la primera devaluación, está claro que la segunda depreciación del peso a principios de diciembre, combinada con la feroz disparada de precios, sumergió en la indigencia a cientos de miles de personas.
El dato fino se conocerá cuando lo informe el INDEC a fines del verano, pero especialistas que siguen el derrotero del deterioro social confirman que la indigencia ya afecta a más de 5 millones de personas, sobre todo teniendo en cuenta que el Gobierno le informó al FMI que la pobreza ya afecta a la mitad de la población.
A fines del tercer trimestre, el 38,5% de la población había pasado a vivir por debajo de la línea de pobreza en relación al 37,7 % de igual período de 2022, de acuerdo con el procesamiento de los microdatos de la EPH (Encuesta Permanente de Hogares) que difundió el INDEC. Son casi 18 millones de pobres.
Por todo esto, se descuenta que tras la mayor devaluación de diciembre, y la mayor disparada de los precios de los alimentos y gastos básicos, la indigencia y la pobreza pegaron otro salto en el IV trimestre 2023, y más todavía están subiendo en este primer trimestre de 2024.
Con esos cálculos puede estimarse que, cuando termine este trimestre, la pobreza rondará el 55% y la indigencia el 15%.
Por edades, con el 54,8% sobresale la pobreza infantil de menores de 14 años versus un 51,7% en el tercer trimestre de 2022, mientras la indigencia infantil aumentó del 11,8 al 15,6%, al dar un salto grande.
El aumento de la indigencia se produjo entre todos los rangos de edades, mientras la pobreza creció entre los menores de 14 años y los mayores de 65 años, en este caso, por la pérdida del poder de compra de los haberes.
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